He leído con interés la larga explicación que un periodista de Granma, diario oficial del Partido Comunista de Cuba, ha publicado en Facebook tras la encendida polémica que ha levantado el meme racista que compartió el 13 de agosto de 2020 en esta red social sin ningún tipo de explicación, que sirviera para contextualizar, si es que esto es posible, la barbaridad que se le había ocurrido. Después de leer todos sus argumentos y los de sus acólitos sigo pensando que el meme es racista y tan desafortunado como el que critiqué hace unos días del opositor cubano que se burló, con otro meme, del exceso de peso de la gobernadora de Camagüey. Entre ambos 'chistes' salta a la vista la diferencia en la repercusión: al miembro de Unpacu José Luis Acosta, la Policía Nacional Revolucionaria lo llamó a capítulo, lo envió a prisión y lo ha acusado de amenazas por especular con la posibilidad de sacar bistecs del cuerpo de la gobernadora. El periodista de Granma, en cambio, ha recibido el apoyo de destacados voceros afines a la 'revolución', autoproclamados periodistas e incluso de intelectuales de izquierda. Tiene suerte el redactor del Granma de que el incidente con su meme racista no haya tenido repercusión mediática en España. Aquí le habría costado una denuncia por un delito de odio y, además, le habrían expulsado, sin miramientos, del periódico y de la universidad para los que trabaja porque nadie en su sano juicio ni ninguna institución que se respete querrían tener algo que ver con él. Ese tipo de chistes, que necesitan un contexto determinado que matice las injurias de su contenido, son inaceptables en Europa. El rosario de excusas del periodista de Granma me recuerda los argumentos recurrentes de personas racistas, que se defienden asegurando: "¡Cómo voy a ser racista si estoy casada/o con un negro!" o "¡Cómo voy a ser racista si mi mejor amigo es negro!", "¡Cómo voy a ser racista si mi hija es negra!" ¿Y saben qué? Son racistas. No dejan de serlo por más que exhiban un currículo plagado de mestizaje. Fíjense cómo el autor de este meme racista necesita ponernos al día, a quienes tenemos la suerte de no conocerle, de "su lucha tenaz" contra cualquier tipo de discriminación. Pues bien, querido, acabas de tirar cordialmente esa lucha tenaz a la basura. Sigo pensando que el desafortunado meme racista sobre Kamala Harris no es fruto de la casualidad. Lo refuerza otro comentario igual de terrible que su autor dejó en el propio post compartido. Primero viene la risa y después, el llanto y hasta la soberbia de cuestionar la inteligencia de quien le reprocha que "se le escapó el nazi". El meme es racista le guste a quien le guste y le pese a quien le pese. Y lo que más me indigna es que su autor vaya tan sobrado de soberbia como para creerse por encima del bien y del mal hasta el punto de pedir perdón con la boca pequeña: "Pude ser menos ambiguo", dice. Es como el chiste de aquel que le pica el culo y se rasca la cabeza. Eso podría ser ambigüedad, lo suyo es una falta de respeto hacia todos los que nos hemos sentido atacados por la barbaridad que compartió. Preguntarse si Kamala Harris, por su condición de afroamericana, es una colera, no es la mejor manera de oponerse a la identificación de la demonizada figura de las/los coleras/os con un color de piel determinado. Ese tipo de comunicación negativa es impresentable. Para comunicar, la regla número uno es que hay que ser claros porque los titulares no pueden (y no deben) llevar adjunto un 'post it' con la pertinente aclaración. Todos podemos equivocarnos y, de hecho, nos equivocamos todos los días en nuestro trabajo. Pero hay que ser humildes y si el error se pasa de la raya, hay que reconocer que hemos metido la pata hasta el fondo, con la mano en el corazón y sin tantas justificaciones. Se piden disculpas, se borra el post y se cierra una puerta que nunca debimos traspasar. No podemos dejarnos cegar por el ego y l...
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