Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
Llevo los auriculares y me es imposible concentrarme en la historia con ese fondo músical? Insoportable.
Gran programa notablemente dirigido por Jorge Ríos centrado aquí, básicamente, en el caso criminal de "El Descuartizador de Cleveland y en el célebre Eliot Ness, que no pudo capturar a ese asesino en serie que aterrorizó a la población de aquellos barrios bajos durante la década del treinta en el pasado siglo. Los periódicos lo calificaron con ese macabro alias en atención a la zona donde cometía sus agresiones, y debido al desmembramiento que infligía a los cuerpos de sus víctimas. Más sencillamente se lo conoció como "Torso" a causa de la extraña y cruel manía que manifestaba. Y es que de los cadáveres solamente se hallaban los torsos, pues a todos ellos les habían aserrado cuidadosamente sus miembros y, además, aparecían decapitados.