Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
De corazón, GRACIAS!
Me encantan estos audios, gracias.
no estoy de acuerdo , y el día que no te digan que estás guapa? es una tontería eso , que estés guapa o no no es ninguna virtud que agradecer , es algo superficial y vacío.
Yo creo que tenemos dos conflictos con el "gracias" como sociedad: uno, que las cosas habituales o que no son extraordinarias las damos más por sentado (entonces no vemos necesidad a dar las gracias internamente); y con los elogios, nos enseñan que es de soberbio y engreído aceptar cosas buenas. Que las buenas personas son humildes y, por tanto, algo bueno venido de fuera no puedes aceptarlo o te convertirás en alguien peor.