Curso de introducción a la Historia de la Iglesia del sacerdote y Doctor en Historia Javier Olivera Ravasi.
parte 4 de 8: El arrianismo y la figura de San Atanasio
fuente del audio: https://www.youtube.com/watch?v=Fkx56pU1a7M
página web del Padre Olivera: http://www.quenotelacuenten.org/
twitter: @NoCuenten
imagen: San Nicolás de Bari abofeteando a Arrio (Giovanni Gasparro)
"No es hoy la primera vez que la Iglesia sostiene el Orden y el Dogma. Ambos le fueron seguramente confiados por los Padres. Tampoco comienza hoy la Fe, sino que nos viene del Señor, a través de sus discípulos. Ojalá que no sea abandonado en nuestros días lo que la Iglesia custodió desde el principio; ojalá no traicionemos lo que nos ha sido confiado.
Hermanos, como ministros de los Misterios divinos no permanezcáis inertes, pues veis cómo todos estos tesoros son saqueados por el enemigo"
-San Atanasio de Alejandría
"Que Dios os consuele. He sabido que no sólo os entristece mi exilio, sino sobre todo el hecho de que los otros, es decir los arrianos, se han apoderado de los templos por la violencia y entre tanto vosotros habéis sido expulsados de esos lugares. Ellos entonces poseen los templos, vosotros en cambio la tradición de la Fe apostólica. Ellos, consolidados en esos lugares, están en realidad al margen de la verdadera Fe, en cambio vosotros, que estáis excluidos de los templos, permanecéis dentro de esa Fe. Confrontemos pues qué cosa sea más importante, el templo o la Fe, y resultará evidente desde luego, que es más importante la verdadera Fe. Por tanto, ¿quién ha perdido más o quién posee más, el que retiene un lugar, o el que retiene la Fe? El lugar ciertamente es bueno, supuesto que allí se predique la Fe de los Apóstoles, es santo, si allí habita el Santo. Vosotros sois los dichosos que por la Fe permanecéis dentro de la Iglesia, descansáis en los fundamentos de la Fe, y gozáis de la totalidad de la Fe, que permanece inconfusa. Por tradición apostólica ha llegado hasta vosotros, y muy frecuentemente un odio nefasto ha querido desplazarla, pero no ha podido; al contrario, esos mismos contenidos de la Fe, que ellos han querido desplazar, los han destruido a ellos. Es esto en efecto lo que significa afirmar: “Tú eres el Hijo de Dios vivo”. Por tanto, nadie prevalecerá jamás contra vuestra Fe, mis queridos hermanos, y si en algún momento Dios os devolviere los templos, será menester el mismo convencimiento: que la Fe es más importante que los templos."
-San Atanasio de Alejandría
"Sabemos que el mysterium iniquitatis ya está obrando [2 Tes., 2, 7]; pero no sabemos los límites de su poder. Sin embargo, no hay dificultad en admitir que la Iglesia de la publicidad pueda ser ganada por el enemigo y convertirse de Iglesia Católica en Iglesia gnóstica. Puede haber dos Iglesias, la una la de la publicidad, Iglesia magnificada en la propaganda, con obispos, sacerdotes y teólogos publicitados, y aun con un Pontífice de actitudes ambiguas; y otra, Iglesia del silencio, con un Papa fiel a Jesucristo en su enseñanza y con algunos sacerdotes, obispos y fieles que le sean adictos, esparcidos como “pusillus grex” por toda la tierra. Esta segunda sería la Iglesia de las promesas, y no aquella primera, que pudiera defeccionar. Un mismo Papa presidiría ambas Iglesias, que aparente y exteriormente no sería sino una. El Papa, con sus actitudes ambiguas, daría pie para mantener el equívoco. Porque, por una parte, profesando una doctrina intachable sería cabeza de la Iglesia de las Promesas. Por otra parte., produciendo hechos equívocos y aun reprobables, aparecería como alentando la subversión y manteniendo la Iglesia gnóstica de la Publicidad.La eclesiología no ha estudiado suficientemente la posibilidad de una hipótesis como la que aquí proponernos. Pero si se piensa bien, la Promesa de Asistencia de la Iglesia se reduce a una Asistencia que impida al error introducirse en la Cátedra Romana y en la misma Iglesia, y además que la Iglesia no desaparezca ni sea destruida por sus enemigos [Las promesas están contenidas de modo particular en: Mt., 16, 13-20; 28, 1820; Juan, 14, 16-26.]Ninguno de los aspectos de esta hipótesis que aquí se propone queda invalidado por las promesas consignadas en los distintos lugares del Evangelio. Al contrario, ambas hipótesis cobran verosimilitud si se tienen en cuenta los pasajes escriturarios que se refieren a la defección de la fe. Esta defección, que será total, tendrá que coincidir con la perseverancia de la Iglesia hasta el fin. Dice el Señor en el Evangelio: “Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe en la tierra?” [Lc., 18, 8].
-P. Julio Meinvielle, ("De la cábala al progresismo", 1970)
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historia, cristianismo, Iglesia, Iglesia Católica, herejía, arrianismo, Arrio, filosofía, Jesucristo, Concilio de Nicea, homoousios, San Atanasio de Alejandría, Constantino, Juliano el Apóstata, Credo Niceno-constantinopolitano
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