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Comentarios
Seguro que le va a encantar tu comentario a Lucía, estas cosas nos animan a seguir adelante. Muchas gracias amigo.
espectacular la vos Lucía Callén! INCREIBLE!
Sin duda, la existencia de los monstruos va muy ligada a la nuestra, ya que, sin lo que nos inspiran, el sentido de su existencia sería muy diferente. Gracias por vuestros aportes Cyanocorax y Alex. Seguiremos lidiando con nuestros monstruos a través de las ondas. Un abrazo de oso
Yo me quedo el Ouroboros, que por algo lo llevo tatuado en la muñeca.
Mi mamá cuenta a veces la anécdota de que en la casa de su infancia había gallinero, y que a veces alguna gallina ponía un huevo pequeñito. Una vez escuchó decir a una mujer del barrio que a esos huevos había que destruirlos, porque si se dejaba que la gallina lo empollase nacía de él un basilisco, y que luego, para matarlo, tenía que venir un hombre vestido de espejos. Lo curioso es que esto ocurrió hace unas seis décadas aquí en Argentina, a orillas del Río de la Plata. La mujer estaba repitiendo una creencia folklórica en el basilisco que esencialmente no difiere de lo que dice en los bestiarios medievales. Lo del hombre cubierto de espejos, por supuesto, era por aquello de que al basilisco lo mata el reflejo de su propia mirada. Al final los monstruos no mueren nunca... o, mejor dicho, mueren junto con nosotros. ¡Saludos!