Jeannette Kauffmann, nació en Bélgica en 1931, es de origen Judío y es una sobreviviente del Holocausto Nazi. Jeannette llegó hace 49 años a México y recuerda toda la tensión que se vivía en su casa por la persecución Nazi, fue entonces cuando sus padres decidieron mudarse de Bélgica a Francia porque pensaban que allá iban a encontrar la libertad. Pero al llegar, los aviones alemanes pasaban bombardeando, sembrando el terror entre la gente.
Entonces regresaron a Bélgica en plena persecución a los judíos. Estuvo escondida durante dos años y medio en varios conventos, no recuerda quien la ayudó. Viviendo en Bruselas cercaron la cuadra en la que vivía y observó por la ventana un evento que la marcó profundamente, un camión estaba estacionado en la calle tenía extendida una rampa y un guardia de la SS empujaba a la gente para que subiera rápido, una señora judía llevaba a su bebé en brazos, se tardó en subir, entonces el oficial alemán le arrebató al niño y lo estrelló contra la pared para obligar a la mujer a subirse al vehículo.
Después, mientras jugaba en la calle se le acercó un hombre vestido de negro, había tocado en la puerta de su casa pero sus padres no estaban, ella le preguntó que quería entonces él le entregó un papel pequeño donde decía que la familia debía presentarse en Malin una estación de tren cerca de Bruselas en dirección Aushwitz, en ese momento ya llevaban la estrella que los identificaba.
Su padre le entregó todo su dinero a un amigo, quien después de la guerra dio todo por perdido y él pudo escapar, a Jannette la escondieron en tres conventos diferentes. Cualquier día la metían en uno y luego en otros hasta que recibió visita de su papá con chocolates y se la llevaron al Ecuador. Tiempo después, viviendo en Suramérica, alguien le ofreció un empleo en México a su marido. Al llegar, encontró dificultad por el idioma, la manera de enfocar la vida, pero terminó por acostumbrarse. Durante muchos años trabajó en la embajada de Bélgica.
Hace algún tiempo regresó a su país en una especie de peregrinación por los lugares que guardan algún recuerdo importante para ella: Al sitio donde recibió el papel donde les ordenaban ir a Aushwitz, el hospital en el que estuvo internada y el parque donde comió un helado con su padre.
Según Julia en México existe un grupo de sobrevivientes del holocausto que están marcados en el brazo, que vivieron los rigores de esa guerra pero cuando ella quiere compartir su historia la discriminan, porque no fue al campo de concentración. Sin embargo, a sus ochenta y tres años aún recuerda sus pesadillas con esos hombres vestidos de negro.
Comentarios
el audio pesimo
el audio pesimo
que entrevistadora mas mala que esta puede haber,su entrevistada esta dispuesta a contar todo y constantemente la interrumpe y pregunta cosas que ya le explicaron,pesima
por Dios santo. le pregunta la supuesta periodista: antes de que me cuente de cuando nacio digame que se acuerda del negocio de su papa. que idiotez es esa. se supone que no había nacido. como se va acordar del negocio de los papas si no habia nacido?
Pesimo trabajo de la persona que esta entrevistando, se la pasa interrumpiendo a la sra y sus preguntas no tienen sentido, sin contar con la tos espantosa y molesta que se escucha de fondo. Excelente oportunidad de conocer de primera mano la historia de una superviviente refugiada en mexico hablando nuestro idioma; completamente desaprovechada por la falta de preparación de esta persona ? que lastima la verdad.
"A los ganadores de la Segunda Guerra Mundial les interesaba no tener que ser llamados a rendir cuentas de sus crímenes. Ellos llegaron a arrasar pueblos enteros en Alemania donde no había ni un solo soldado, sólo para matar a mujeres, niños y viejos y así debilitar la moral del enemigo. Esta suerte también corrieron Hamburgo, Lübeck, Berlín, Dresde y otras ciudades. Se aprovecharon de la superioridad de sus bombarderos para matar a civiles con impunidad y con demencial crueldad. Luego le tocó a la gente de Tokio, y finalmente, con las bombas atómicas, a los civiles de Nagasaki e Hiroshima. Por ello fue necesario inventar delitos especiales cometidos por Alemania y pregonarlos mucho para presentar a los alemanes como seres malignos y todas las demás tonterías propias de una novela de terror sobre la que Hollywood ha rodado centenares de películas. Y por cierto, desde entonces el método de los ganadores de la Segunda Guerra Mundial no ha cambiado mucho: Se dedican a exportar su “democracia” con las llamadas “misiones de paz” en contra de “estados canallas”, contra enemigos que han supuestamente cometido actos siempre monstruosos. Y así, en la práctica, atacan sobre todo con bombardeos a quienes no quieren someterse. Masacran a militares y civiles que no tienen los medios para defenderse, y al final, tras sus “intervenciones humanitarias” ponen como presidentes a títeres que siguen sus intereses económicos y políticos" (entrevista póstuma a Erich Priebke)